martes, 18 de diciembre de 2007

Una vez más, se produce una nueva muerte por parte de un hombre contra su pareja

Una vez más, se produce en Chile una nueva muerte por parte de un hombre contra su pareja, la que era, se supone, la mujer que amaba.
Curioso, por decirlo menos.
Curioso que se repita nuevamente.
Curioso que en la nota de prensa aparecida en la tarde de este martes, el asesinato haya sido con un martillo.
Curioso que este hombre haya apelado a su relación y a su tristeza para terminar la vida de su mujer de un martillazo violento y letal contra la cabeza de ella.
Hoy hay muchas cosas curiosas.
Hoy hay mucha violencia.
Ayer, claro, también la había.
¿Qué tendrá que pasar para que esto termine?
En todo caso, esto es similar a la violencia que se ejerce en general con todos los seres humanos desvalidos e incapaces de defenderse, llamense enfermos, niños, adultos mayores, etc. Pero ese es otro tema.
Esta muerte es una más de las curiosidades que se dan en la vida.
¿Y qué irá a pasar con este sujeto? Es la incógnita.
Y con el alma de la mujer, nadie lo sabrá, o bien, qué pasará con su esencia, su olor, su presencia, su materia y energía, para los que le guste la ciencia...
¿Qué pasará con ella? Esa sí es pregunta.
Borrar del mapa a una persona, y más con martillo, parece fácil.
Agarrar la herramienta, agarrar vuelo y de improviso, impactar con odio de verdad la cabeza, esa que estaba mirando distraída hacia el otro lado, y despedazarla para que brote a chorros la sangre y los sesos de ella, en un grito que no debe haber durado mucho, apagando su vida en un instante oscuro.
Claro, ella ya no estará, pero sí su recuerdo y las cosas que emprendió y dejó construidas, así como las relaciones que armó, los conocidos que dejó, y la gente que la amó estarán sin duda trabajando día a día para mantenerla viva, como recuerdo, en este mundo que nos ha tocado habitar quien sabe por qué.

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