
Hace tiempo ya que no expresaba a través de este espacio lo que pienso o quiero.
Pero hoy, ya con varias anécdotas en el cuerpo, esfuerzos, y otras cosas más, y casado felizmente, puedo decir que este nuevo inicio del año laboral depara muchas interrogantes, que vienen de varios puntos del plano horizontal y vertical.
Vamos viendo.
De partida, este año comenzó en la región con incendios forestales, que hasta hoy entregan un volumen importante de humo y preocupación.
Me pregunto, ¿qué pasará con las miles de hectáreas quemadas, los ecosistemas dañados, los animales huérfanos y sin refugio, y la gente que no podrá usar por un tiempo esos terrenos y recursos?
Por otra parte, en el mundo, tenemos temas tan diversos pero relevantes como el conflicto entre Colombia, Venezuela y Ecuador. ¿Se imaginan una guerra, con destrucción, muertes, heridos y miles, pero miles de refugiados y refugiados que buscarían en el continente un lugar para escapar de las balas?
La pobreza, el desorden económico y la inestabilidad, habrían azotado nuestro suelo continental.
Que bueno que imperó la razón y se escucharon entre las partes.
Otro tema complicado es el de Kosovo, con su independencia, y Serbia, país del que dependía esta región en el este europeo.
En ese lugar, si recordarán, hace años se libraron verdaderas carnicerías humanas, donde la consigna era aplastar por lo étnico y por las creencias religiosas…
Es una región del globo marcada por conflictos y separaciones argumentadas en siglos de enfrentamientos, en que las fronteras han sido cambiadas innumerables veces, y donde el juego del poder ha influido en los habitantes de esa parte del planeta.
Me da miedo pensar que algo más graves puede pasar, como las tristemente conocidas “limpiezas étnicas”, donde el Tigre Arkan bañó de sangre esa tierra.
Ufffff.
Sin decir que hay otro conflicto en el Tibet, donde hay una abierta oposición de los monjes budistas, liderados por el Dali Lama, contra el gobierno Chino, que reprime y reprime sin cesar, y no contento con ello, censuró los medios de comunicación y prohibió difundir cualquie4r información de lo que está sucediendo allá. O sea, si a los militares chinos se les ocurre masacrar con sus armas y encarcelar a los líderes de la oposición, nadie sabrá rápidamente lo que está pasando en ese lugar. O sea, tendremos nuevamente impunidad en nuestro planeta, algo que los chilenos conocemos de sobra.
Es cierto que el gigante asiático puede aplastar por las armas –quien querría agarrarse con esta potencia?- o por el intercambio comercial, parando los negocios o dejando de comprar a un país entero, causando graves problemas económicos para quienes dependen de manera importante, de este poder comprador.
Por ello, los defensores del nuevo mundo -EEUU- no quieren ni siquiera señalar con el dedo a China, que reprime abusivamente al pequeño Tibet y sus inofensivos monjes.
En fin, desde estas líneas, con las cuales he querido dejar establecidos algunos puntos sobre sucesos que ensombrecen el mundo y lo iluminan, quiero además dejar un testimonio para evaluar después qué ha pasado con esto y otros temas que van escribiendo su historia en las páginas de la vida.
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