martes, 13 de septiembre de 2011

2º párrafo de "El efecto Mónica Madariaga en la derecha educativa"

vía ElMostrador

Mónica Madariaga en abril del año 1983 se dio cuenta rápidamente que las leyes de 1981 que transformaron a la educación superior en lo que hoy es, con todos sus efectos perversos, estaban equivocadas. Debían de ser reemplazadas por completo. El mismo abril creó una comisión secreta, llamada por ella “ad hoc”, y desarrolló un ante-proyecto, también secreto, respecto a todas las transformaciones pertinentes para una nueva reestructuración.

El famoso anteproyecto lo entregó a fines de Agosto a todos los rectores de las universidades chilenas, todos militares por cierto, y ninguno experto en educación. Obviamente éstos socializaron, muy privadamente, el anteproyecto. Tan privadamente que El Mercurio se enteró.

El efecto fue terrible para ella. Sufrió en carne propia lo que significa estar atrapada entre sus principios y los principios de la Escuela de Chicago y el derechismo educativo chileno. Fue maltratada públicamente por todos. Hasta el Obispo Oviedo Cavada le envió una carta de preocupación, no por ella por cierto, por el proyecto, a la que ella respondió en su tono característico.

Fue tildada ella y su proyecto como un intento de hacer una verdadera “ENU universitaria”, que lesionaba la autonomía de las universidades, que se trataba de una “legislación de guerra”, y algunos llegaron a decir que era “tan absurda que resultaba difícil decidir por dónde había que comenzar a criticarla”, en suma, dijeron que las leyes que trataba de impulsar la Ministra pretendían “eliminar de un soplo la libertad”.

Tanta fue la presión que a principios de Octubre, en Temuco, le anunció a los rectores que retiraba el proyecto. Lo que fue muy aplaudido por todos, fue un “alivio comprender que el asunto quedaba enterrado”, dijeron los sabios rectores. Sin embargo, no contentos con eso, El Mercurio publicó sendas reflexiones y entrevistas para rematar lo equivocada que estaba la Ministra.

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