Nos toca, compañeros
por Oscar Landerretche, economista
Su regocijo es justificado. Mientras el socialismo siga balcanizado, consumido por sus heridas o inmovilizado por sus miedos, los privilegios de clase estarán seguros. Mientras siga así es improbable que se pueda construir una alternativa de gobierno que deje atrás la transición a la democracia y que se perfile con una clara vocación de transformación social.CONFIESO un cierto fastidio. Por un lado, comparto la opinión crítica sobre el estado de los partidos de izquierda, y en particular del mío, el PS. Por otro lado, siento que detrás de los entusiasmos de muchos criticones hay un cierto regocijo, poco disimulado, de la elite chilena.
En un libro reciente llamado Why Nations Fail (Por qué fallan las naciones), Darón Acemoglu (MIT), y James Robinson (Harvard), argumentan que para sostener el desarrollo económico se necesitan instituciones inclusivas. Los países no pueden crecer para siempre a punta de recursos naturales, orden público, derechos de propiedad e inversión en capital fijo. Inevitablemente llega el momento en que necesitan transitar hacia un modelo basado en la educación, la ciencia, el recurso humano y la innovación. Como el talento innovador potencial se distribuye en toda la sociedad, para hacer este tránsito se necesitan instituciones económicas más inclusivas y una sociedad más libre. No es casualidad, entonces, que los países que logran el desarrollo lo hagan volviéndose más equitativos y libertarios.
El problema, argumentan, es que la experiencia muestra que las instituciones económicas inclusivas suelen surgir a partir de instituciones políticas inclusivas. O sea, las instituciones económicas reflejan la distribución del poder, que es, por si acaso, algo que los socialistas pensamos desde siempre.
¿Quiénes debieran estar dedicados al logro de una política más inclusiva y de una redistribución del poder si no los partidos de izquierda socialista? ¿Quién más lo hará si no ellos? Pero, ¿están en eso? Más aún ¿son ellos mismos hoy instituciones inclusivas?
Se pueden hacer muchas reformas políticas y electorales. Todo eso es importante, pero muy general; es lo que necesita una democracia para funcionar bien, nada más. Para redistribuir el poder se necesita, además, una izquierda socialista, y a los socialistas no se les cría con leyes, sino en colectivos políticos que funcionen, cosa que hoy no tenemos.
Esto implica que para construir una sociedad más inclusiva e igualitaria y hacer sostenible el proceso de desarrollo chileno es imperativo reconstruir y reunificar al socialismo chileno. Sin duda que para eso necesitamos más sobriedad, responsabilidad, apertura y generosidad de nuestros dirigentes… pero no basta.
Al final del día la izquierda socialista va a ser saneada, reformada y modernizada por quienes la habitamos: sus militantes, adherentes y simpatizantes. No lo harán los dirigentes aprisionados en su economía política y menos aquellos atrapados por la vanidad. No hay otra. Sólo pueden hacerlo los socialistas de a pie que escojan cotidianamente reconstruir, reformar y abrir espacios de acción política colectiva.
No hemos estado prestando suficiente atención. No hemos hecho lo suficiente. Me incluyo. Nos toca compañeros
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