Este enojo, muchas veces, no responde a nada concreto, sino que a situaciones, a cosas que no tenemos, a labores que no tenemos, en fin, a aspectos que no pasan por nosotros y que hacen sólo, perder tiempo.
Esta foto la tomé hace tiempo en Río Negro, mientras trabajaba, y mirándola el otro día, pensé en que muchas veces nos vemos como este "extraño perro observador", andando con el ceño fruncido, enojados con el mundo, y no aprovechando lo que tenemos al lado nuestro.
En mi caso, me sucede con cierta frecuencia, por lo que al mirar esta foto y escribir estas líneas, no me queda más que hacer el esfuerzo y dejar de enojarme por las que a veces son tonteras que no colaboran en nada.
Espero que a ustedes, los que leen este comentario, piensen en ello.
1 comentario:
Ojalá que te dure esta reflexión "mi extraño perro observador", vale?
Publicar un comentario