jueves, 23 de julio de 2009

RECUERDO IMPERECEDERO

Recordar la memoria olvidada del país es un ejercicio que hay que hacer a diario.

En este lugar, ubicado en Santiago, descansan los restos mortales de cientos de ejecutados por parte del ejército golpista que derrocó al presidente
Salvador Allende en septiembre de 1973, que fueron muertos por pensar distinto al poder tomado por las armas.

Ellos son testigos inperecederos de la brutalidad que es capaz el ser humano por concretar a cualquier precio, el deseo de asesino vestido de líder para un sector del país.

¿De qUién más hablamos? De
Pinochet y todo el séquito que lo acompañó en ese momento, pero también de todo el que actualmente le acompaña en su legado totalizador y fascista que sigue en puestos de poder ya sea en el parlamento, el Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, la Iglesia, el empresariado, entre muchos otros.