Bueno, he conversado con varias personas y argumentado, contra lo que todos/as dicen, que Piñera sí tiene gente preparada y con ganas de tener la "experiencia pública", esa de servicio, no sé si tanto como la de Longueira a fines de los 80' en las poblaciones, creando las bases para lo que después bautizó como Udi, partido popular; pero sí con el deseo de engrosar sus CV, de adquirir experiencia y mostrar que se la pueden, que pueden replicar esas teorías de universidades extranjeras en terreno.
Este artículo de N. Espejo, que encontré gracias a twitter, creo que da luces de una situación que les debe estar dando más de un color de cabeza en el Gobierno central, por la paralización del gobierno que eso conlleva, pero también en las regiones: el caso de la Región de Los Lagos fue el más patente y grave, al ser la última región del país que tuvo Intendente, el que además aún no tiene un equipo político propio en las secretarías regionales de confianza, que comparta el mismo proyecto político e ideológico para implementar sus políticas públicas, que deberían ser, creo, distintas a las que exitosamente puso en práctica la Concertación estos 20 años pasado.
El país espera y sus electores.
Disculpe Presidente, no puedo aceptar. Es que soy liberal
Mar. 17 , 2010
"Aló, Francisco, como estás? Mira, te llamo del Ministerio. Hemos estado pensando en un cargo y tu nombre salió con mucha fuerza. Todos creemos que eres la persona correcta para este puesto y sería fantástico contar contigo. Que dices? Eeeehhhh, oye, gracias, te pasaste. En realidad es un orgullo que hayan pensado en mi, me encantaría en realidad, pero no. Lo que pasa es que en este momento estoy en otra cosa, con otros proyectos, ojalá me entiendas". La frase es inventada, pero parece no muy alejada de la realidad. El gobierno de Sebastian Piñera ya enfrenta su primera crisis, la de contar con gente para llevar a cabo su propio proyecto. Basta con darse una vuelta por los ministerios, direcciones, servicios y otras instituciones públicas para ver la preocupante paralización que los sume. Nadie sabe bien que hacer, porque no tiene idea que es lo que viene. Y dicha paralización, en medio de una apremiante necesidad por poner el pie en el acelerador de la reconstrucción, es un pecado capital.
Sigue acá: latercera