No cabe ninguna duda que la Iglesia tiene motivos para pedir el indulto (es cosa de recordar a Mateo 6, 14-15: "si no perdonáis a los demás tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas"). Pero esa no es una razón que deba admitir un Estado laico como el nuestro. En un Estado laico -un Estado que trata con igualdad a creyentes y no creyentes- el Presidente está obligado a buscar razones neutrales, que puedan ser admitidas por todos a la hora de ejercer sus facultades. Piñera, desde este punto de vista, no podría esgrimir su fe católica para conceder el indulto o ejercer cualquier otra de sus facultades. Sus facultades no le han sido concedidas para homenajear sus convicciones religiosas, sino para obrar a favor de los valores cívicos.
Sin embargo -se insistirá- ¿no habrá casos que merezcan una consideración especial, personas que obraron en cumplimiento de órdenes o que cometieron crímenes por miedo?
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sábado, 31 de julio de 2010
Indulto en un país injusto
vía em
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