martes, 3 de abril de 2007

Pensamientos en sobrestock

(Artículo comenzado el 27 de marzo pasado, y terminado este 3 de abril. El porqué de esto, se debe, bueno, a cosas que tuve que hacer entre medio).

Estoy con una cantidad considerable de pensamientos que llenan mi cabeza.

Y estos pensamientos provienen de diversas partes del día, de momentos, recuerdos y situaciones que se van acumulando y causando reacciones en cadena que no se detienen por ni un instante.

Y lo que causan es que en algunos días, como este que acaba de terminar, la acumulación de estos pensamientos es grande.

Y de esta forma puedo decir que, en primer lugar, me tiene preocupado lo que pasa en el país, por un lado, pero también, me enrabia que toda la atención de estos personajes que aparecen en TV hablando y reclamando y haciendo escuchar a todo el país de su agrio alegato en contra del Transantiago, como si eso fuera lo único que importa en este país.

Los santiaguinos, y en especial estas personas que son ya personajes, porque actúan frente a las cámaras, a primera hora, de los matinales; más tarde, de las cámaras de las noticias; luego, con los contactos en directo en la mañana, con el tonto de Bustamante y el tonto de Hoffman, y luego, la requetetonta de Puigrredón... y suma y sigue sumando nuevos rostros de pobladoras, señoras, oficinistas, lolos y lolas retros, estudiantes, poetas, hippies y yuppies, dueñas de casa, mecánicos, modelos, azafatas y los infaltables conductores que se las saben todas, con sus quejas y pobres análisis de una situación que para ellos es injusta.

Y para completar todo este cuadro, tenemos al abusador y poco hombre y desleal de Iván bambam Zamorano. Que estúpido y mal intencionado, poniendo todo su rencor contra el Gobierno, que lo engañó y lo trató tan mal, que no le dijo la verdad en que él, oh, pobre
desvalido e ingenuo, creyó.

Pero que se cree este gueón, que se saca los balazos apuntando sus dardos y los de la gallá para quedar limpio de polvo y paja. Si los 300 millones que va a ganar justifican la pega que hizo, pero también, justificaban que él pusiera la cara y por lo menos, responsabilizara también a los empresarios, muchos de los cuales están en una franca campaña para poner mal al Gobierno, haciendo que fracase este plan de transporte.

Volviendo a lo que estaba diciendo, toda esta furia, todo este problema, que está claro afecta a cerca de la mitad de los chilenos, ocupa horas y horas de TV, radio y medios escritos y electrónicos, pero, ¿qué pasa con la otra mitad que se tiene que remorder la mierda de sus problemas?

Y aquí tenemos a los jubilados, a quienes están sin pega, y que caminan y caminan por calles de ciudades, pueblos y campos, buscando pega; los pescadores, los maestros, las prostitutas, los deportistas, los profesores, o bien, los que sufren: los niños y niñas golpeadas, las mujeres abusadas, los hombres explotados, los vagabundos, los que llevan en sus cuerpos enfermos y sin vuelta a atrás, o más aún, quienes no tienen techo ni comida; los que no son escuchados, los que son olvidados, los que son desaparecidos y muertos y masacrados....

Hay tanta miseria: pobreza, abuso y tantas cosas malas pero malas de verdad, malas de esas que uno dice cómo puede pasar esto, y pasan a cada rato.

Parte 2

Este artículo lo comencé a escribir hace rato ya, cuando Zamorano dio su conferencia de prensa para tratar de explicar lo inexplicable y todavía estaba en el cargo el ya ex ministro de Transporte, Sergio Espejo.

Y quería sobre el tiempo transcurrido, aportar un elemento nuevo y que sucedió ayer, y que hoy se vio por las noticias: la detención de tres guardias que abusaron y torturaron a tres jóvenes por entrar sin permiso a un predio para robar unas almendras, o sea, estos animales les cagaron la vida por que sus mentes están enfermas, y eso, parece, a nadie le importa tanto como el problema que enuncio en este artículo, que ya está dicho, comencé hace rato pero que termino en este momento.

Hace unos minutos, en las noticias de las 9 de la noche, el nuevo ministro de Transporte, René Cortazar, anunció las nuevas medidas para arreglar los problemas del sistema de transporte público capitalino. Ojalá estas tengan efecto para que el país y los habitantes de la urbe chilena vuelvan a pensar más allá de sus fronteras, y vean que también hay problemas graves en otras partes del país.

4 comentarios:

Talo dijo...

Grande Bam Bam, la culpa no la tiene el chancho nunca, pero en fin. Preferiria que Lagos estuviera dando la cara por el mal diseño de Transantiago, un pequeño error de 1500 micros nada mas.
¿y el resto de Chile?.
Bien por ellos que deciden el futuro del pais detras de ecritorios y con el poder en sus manos, mal por los que entran a robar por robar y se les aplica la injusticia de siempre, la justicia inexistente.

Anónimo dijo...

No entiendo señor..por un lado mencionas que existe una suerte de campaña en contra de tu gobierno y por otro dices que existen miserias de verdad, de esas que uno dice como es que ocurren..Osea que si aquellos que hacen campañas en contra de tu gobierno se colgaran de esas miserias reales quedaría la cagada...entonces de que campaña me hablas...¡¡¡¡PLOP exijo una explicación!!!!

Anónimo dijo...

Por último señor...no wuevees a Zamorano...es rídiculo...lo entendería de los marginales que siempre se descargan con los menos indicados

* dijo...

Señor Anónimo: el sentido de esta crónica era expresar la rabia que tenía en ese momento, cuando todo lo que aparecía en las noticias eran alegatos de lo mal que estaba el transporte en Santiago, lo sufrido que eran esos pobres habitantes de la capital, pero ante todos los temas que pasaban a ese mismo momento en Chile y que nombro ahí, me generó una imagen con demasiados contrastes. Es verdad que el ser humano es egoista y cree que sus problemas son los únicos que importan de verdad, pero lo que vimos en ese momento, ME PARECIÓ DEMASIADO. Y además, a Zamorano alegando. ¿No somos todos responsables de lo que hacemos? ¿Y el dinero que se embolsó? Por último lo devuelve alegando que en esas condiciones de desorden, no podía prestar su cara para publicitar algo que no le gustaba.