Con el nombramiento de Oscar Izurieta, el gobierno acaba de entregar a un militar el control de los instrumentos civiles para ordenar las funciones profesionales de estos y hacer control de planificación y eficiencia. Es decir, estamos peor que antes, con unas Fuerzas Armadas definitivamente corporativas y sin mayor control.
La decisión de Sebastián Piñera de nombrar a Oscar Izurieta Ferrer, Comandante en Jefe del Ejército hasta hace 20 días, como Subsecretario de Defensa, cierra el círculo de la incompetencia civil militar luego de veinte años de gobiernos democráticos en Chile. Devuelve el control de la defensa a los militares y consagra definitivamente la irresponsabilidad del mando superior como norma de comportamiento en las estructuras castrenses.